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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 16:50

Morir de miedo

Padre era muy madridista y el hijo muy deportivista. Para recompensar las buenas notas de sexto de EGB decidió llevar a este chófer de anécdotas a visitar la sala de trofeos del Real Madrid, aunque los dos sabíamos quién disfrutaba más del premio.

Morir de miedo

Padre era muy madridista y el hijo muy deportivista. Para recompensar las buenas notas de sexto de EGB decidió llevar a este chófer de anécdotas a visitar la sala de trofeos del Real Madrid, aunque los dos sabíamos quién disfrutaba más del premio. Allí, delante de las seis copas de Europa que había ganado hasta ese momento el equipo merengue, coincidimos con un entusiasmado joven marroquí de Fez con el que nos carteamos durante un porrón de años. Para explicarle de dónde veníamos tuve que mencionarle al Celta de Vigo. Eran tiempos en los que el Dépor naufragó durante dos décadas en el intento de regresar a Primera División. A un rapaz que jugaba en las categorías inferiores blanquiazules dolió tener que mencionar al equipo rival para situar a Galicia en el mapa.

Hubo una campaña publicitaria que rezaba: 'Teruel existe". Dicen que existe, pensaba hasta que caí en la Plaza del Torico por tener que cubrir una Vuelta a España. Acabó la costosa campaña y gran parte de la población continúa desconociendo Teruel. Otra cosa sería si tuviese un equipo en la élite como sucede en una población tan pequeña como Vila-real. Ourense se juega con el COB ser como Teruel o dar un gran salto promocional. El retorno económico de un equipo en ACB es incuestionable, además de que podría servir para impulsar el termalismo de la ciudad porque el nombre de Ourense aparecería en todos los telediarios y periódicos. Cuesta creer que alguien tenga dudas sobre el apoyo económico a un equipo que ganó el ascenso en la cancha, máxime cuando la Diputación y el Concello sólo arriesgarían cada uno 600.000 euros, ya que la devolución del resto de los tres millones está garantizada en caso de descenso. A veces se muere de éxito pero también se puede morir de miedo.